Pues aquí estoy yo con una receta de unas patatas crujientes, parecidas a las de paquete pero en este caso hechas en casa y aunque os parezca una receta de lo más normal yo estoy súper feliz, y es que esta es mi participación en el tercer reto que lanza Cocinando Sabores a través de Instagram. Los retos anteriores, #EstoSiEsPanDelMolde y #EstoSiEsLaCremDeLaCrem, tuvieron muchísima participación y este seguramente también. Podéis verlas todas entrando en Instagram en el hashtag #EstoTeCuidaLaPatata.
La verdad es que cada vez estoy más a favor de hacer todo lo que se pueda en casa, porque además de que el sabor cambia muchísimo también nos ahorramos la infinita cantidad de ingredientes “extra” e innecesarios que les ponen a la mayoría de los preparados. Creo que por eso justamente tienen tan buena acogida este tipo de retos. Sí que es verdad que hay que sacar algo de tiempo y ponerse manos a la obra, pero siempre que se pueda hay que intentar hacerlo, ¿no creéis? En este caso en concreto no os puedo asegurar cuánto duran las patatas, yo sé que las hice a medio día y escondí un cuenquecito con unas cuantas para ver cómo quedaban. ¡Y por la noche seguían estupendas!
¿Queréis saber cómo las hice? ¡Pues os cuento ahora mismo, no os lo perdáis! 😉
INGREDIENTES:
- Patatas “viejas” (o de las que más os gusten)
- Sal Fina (al gusto)
- Pimienta y/o Ajo Molido (opcional)
- Aceite de Oliva Virgen Extra
ELABORACIÓN:
- Para empezar lo que hacemos es seleccionar las patatas, yo he intentado cogerlas más o menos de tamaño similar para que me quedaran parejas, pero esto ya depende de cada uno porque como van a ser finitas se van a hacer todas por igual.
- A continuación pelamos las patatas y limpiamos bien todas las manchas que puedan tener las patatas para que queden unas chips perfectas.
- Las lavamos y le quitamos el agua con un papel absorbente, no es necesario secarlas.
- Ahora, con ayuda de un pelador o una mandolina, las vamos cortando bien finitas. Yo la he hecho con un accesorio cortador que tiene mi rallador, es parecido a esto que veis aquí. Si os dais maña con el cuchillo también podéis cortarlas con él, aunque a mí me resultó súper práctico hacerlo de la forma que lo hice.
- Las ponemos en un plato con papel absorbente para que recoja el agua que vaya soltando y las salamos ligeramente con sal fina (si queréis añadir pimienta o ajo en polvo este sería el momento de hacerlo).
- Ponemos el aceite a calentar en una sartén amplia y cuando esté bien bien caliente vamos añadiendo las patatas una a una, para que no se peguen mientras se fríen. Las giramos y sacamos sin dejar mucho porque al ser tan finas se queman rápidamente.
- Ponemos de nuevo en un plato con papel absorbente y cuando escurran ya las tendríamos listas.