Scones Irlandeses

Llevaba mucho tiempo queriendo probar esta receta típica de Irlanda y, bueno, ¡más vale tarde que nunca! La verdad es que el resultado es muy rico, no es nada difícil y encima va genial con dulce o con salado, ¡qué más se puede pedir!

En este caso la receta la he sacado de un libro que me mandaron de la marca Kerrygold, llamado The Kerrygold Cookbook. Tiene muchas otras ideas interesantes así que no descarto compartir alguna más por aquí. ¿Os gustaría?

Con las cantidades que os dejo a mí me dio para hacer 14 unidades de unos 5 cm de diámetro. ¿Te animas a probar? ¡Te cuento todo a continuación! 

INGREDIENTES:

  • 450 gr Harina (yo utilicé 115 gr de harina floja 00 y 335 gr de harina Callobre de El Molino de Isabel)
  • 1 cucharadita Sal Fina
  • 1 cucharadita Bicarbonato Sódico
  • 1/2 cucharadita Azúcar
  • 25 gr Mantequilla, fría y en dados (yo puse Kerrygold)
  • 225 ml Buttermilk (215 gr Leche + 10 gr Zumo Limón)
  • 1 Huevo Batido

ELABORACIÓN:

  • Encendemos el horno a 220º C con calor arriba y abajo para que se vaya precalentando.
  • En el bol de la amasadora ponemos en la harina con la sal y el bicarbonato y empezamos a mezclar a velocidad mínima. (También se puede hacer a mano)
  • Sin parar la máquina, incorporar el azúcar.
  • Seguidamente tenemos que añadir la mantequilla hasta que la masa se parezca a miga de pan deshecha.
  • Llegados a este punto, paramos el batido y hacemos un volcán en el centro de los ingredientes secos. En este volcán ponemos el huevo batido y el buttermilk.
  • Seguir mezclando todo hasta que la masa esté suave y no se quede pegajosa.
  • Ahora, para estirarlo, ponemos un poco de harina en la encimera y estiramos la masa con ayuda de un rodillo a un grosor de unos 2,5 cm aproximadamente.
  • Esta masa la cortamos bien en triángulos o bien en círculos de unos 5 cm con ayuda de un cortador (yo opté por esta última opción como veis).
  • Poner en la bandeja sobre un papel vegetal o un tapete y llevar al horno unos 15 minutos o hasta que se vayan dorando.
  • Tomar templados o fríos y servir con rizos de mantequilla y mermelada, con fruta, con queso, con chocolate… ¡A elegir!

¿Qué os ha parecido la idea? No me podéis negar que es de lo más fácil, ¿verdad? Espero que os lancéis a por ella y me contéis vuestras impresiones.

Una vez más, ¡gracias por pasaros por aquí! ¡Feliz de que me leáis! 😀

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