No sé si os he comentado alguna vez que el mundo de la pasta me fascina. Me parece asombrosa la cantidad de combinaciones que nos da y qué variedad de platos tan diferentes se pueden preparar a partir de estos ingredientes básicos. Además, he de confesaros que desde que descubrí la cuenta de Instagram de @Tesimpasta me parece aún más fascinante. Verla amasar y preparar pastas rellenas hace que parezca increíblemente fácil, y eso me deja aún más alucinada!! 😮 Además para daros un poco de envidia os contaré también que este fin de semana voy a tener la suerte de asistir a un curso de pasta casera con ella así que espero volver cargada de fuerzas y de ideas para hacer recetas no sólo de salsas para pasta como esta que os traigo hoy, si no la receta del plato completo.
Como ya sabréis en Italia es muy típica la pasta pero cada zona tiene sus propios platos. Esta receta que os comparto es de una salsa típica de la ciudad de Amatrice y sus alrededores, de ahí su nombre. Lleva tomate, queso pecorino, guindilla, pimienta… y para mí lo que le da el toque más especial de todo: guanciale. Este ingrediente lo descubrí en un curso de comida italiana que hice en la Escuela Hoffman de Barcelona y por mucho que intentemos sustituirlo por otros ingredientes similares para mi gusto no tiene nada que ver.
Pero bueno, no me lío más y os dejo con la receta que espero que os guste y la disfrutéis. 🍝
INGREDIENTES:
- 120gr Guanciale (o en su caso bacon o panceta, pero no es lo mismo)
- 95gr de Pecorino Rallado
- 500gr Tomate
- 1 Guindilla (opcional)
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Pimienta Negra al gusto
- 1/2 Vaso Vino Blanco
ELABORACIÓN:
- Antes de encender nuestra cocina vamos a preparar los ingredientes, así que cortamos la guindilla a tiras lo más finas posibles y limpiamos el guanciale (quitándole la parte de la piel) y cortándolo en daditos de un tamaño medio, ni muy pequeños ni muy grandes.
- Ahora, en una sartén antiadherente ponemos a calentar el aceite y añadimos el guanciale. Le añadiremos poco aceite porque, al hacerse, el guanciale suelta algo de grasa que ayudará también a que no se pegue. Esperamos a que se vuelva transparente y se dore un poco.
- A continuación vertemos el vino y las guindillas, removemos y esperamos a que el alcohol se evapore y una vez lo haga retiramos del calor, reservamos el guanciale en un plato y dejamos el aceite en la sartén.
- Ponemos agua a hervir para escaldar los tomates. Para ello les hacemos una cruz y los sumergemos unos 10-15 segundos en agua hirviendo. Luego los sacamos, los pelamos y cortamos extrayendo las pepitas. Los cortamos en brunoise (muy muy pequeño) y los ponemos al fuego en la sartén que teníamos reservada con el aceite donde hicimos el guanciale.
- Dejamos que se haga a fuego medio hasta que se consuma el líquido.
- Mientras tanto, ponemos agua con sal a hervir y cuando entre en ebullición incorporaremos los espaguetis. Dejamos el tiempo necesario para que esté al dente (ver las indicaciones del paquete) y luego escurrimos.
- Cuando tengamos la pasta escurrida (sin enfriar) la pasamos a la sartén con el tomate y removemos muy bien para que se integre todo. Por último añadimos el guanciale que teníamos reservado y volvemos a mezclar.
- Repartimos en los platos y sobre nuestros espaguetis espolvorearemos el queso pecorino recién rallado y la pimienta negra directa desde el molinillo para que tenga un sabor más potente.
Ahora venga, a ver si alguien se anima a probarla y me cuenta qué tal los resultados!! 😉