Hoy os traigo un dulce típico de carnaval en Italia que aprendí el otro día en el taller de pasta fresca de grano duro que hice con Tesimpasta, y es que es tan tan fácil y está tan buena que no podía dejar de compartirla con vosotros. Y, ya que os hablo de mi profe, aprovecho para recomendaros que la sigáis en su Instagram porque además de ser un encanto con ella no se para de aprender cosas sobre el mundo de la pasta y la cultura italiana, ¡así que ya estáis tardando!
Y bueno, igual hay quien piensa que llego tarde para publicar una receta de carnaval, pero tengo la excusa de que en Cádiz duran más tiempo y que en mi pueblo son un fin de semana más tarde y, además, ¡que nunca es tarde si la dicha es buena! ¿Verdad? 😜
De sabor me recuerdan un poco a mis rosquitos de naranja, aunque un poco más tiernos. Venga, no me lío más y os dejo con la receta y de verdad que os animo a prepararla porque se hace en nada y merece mucho la pena.
INGREDIENTES:
- 200gr Harina
- 2 Huevos L
- 50gr Azúcar Blanquilla
- 8gr Levadura (tipo Royal)
- 40gr Mantequilla (a temperatura ambiente)
- Ralladura de 1 Limón
- Para decorar: Azúcar Blanquilla
[Con estas cantidades salieron unas 25 unidades, si queréis más sólo tenéis que multiplicarlas]
ELABORACIÓN:
- Pesamos todos los ingredientes y los ponemos en un bol amplio.
- Mezclamos con una espátula, con una cuchara o incluso con las manos, hasta que quede todo bien integrado. Yo lo hice con una cuchara grande y quedó genial. Se puede hacer un rato antes y dejar reposar, porque lo ideal es comerlos casi recién hechos.
- Ponemos a calentar aceite de oliva a fuego medio, lo necesitamos a unos 150º C para que las castagnoles no se quemen por fuera y se queden crudas por dentro.
- Vamos haciendo bolas de unos 2/3 cm y las vamos poniendo a freír (hay que tener en cuenta que luego crecen un poco).
- Cuando vayan estando doraditas las sacamos y las ponemos unos segundos sobre un papel absorbente, pero rápidamente y antes de que se enfríen las pasamos por un poco de azúcar blanquilla.
- ¡Ahora sólo queda aguantarse para no comérselas todas antes de que lleguen a la mesa!
¡Ah! Y como curiosidad os contaré que el nombre de este dulce se debe a que su forma se parece a la de las castañas. Curioso, ¿a que sí?