Voy a empezar esta publicación con una confesión: ¡me he quedado con las ganas de hacer una tarta reno! Después de hacer esta tarta unicornio tenía claro que para Navidad quería probar a hacer una de reno, pero al final, entre imprevistos, y que el tiempo cada vez vuela más, me ha sido imposible… Así que para “quitarme el antojo”, y participar en el Reto Una Galleta Un Cuento que organiza Patty’s Cake, he preparado estos Macarons – Reno que tanta pena da comerse!
En mi caso los he preparado totalmente de chocolate, pero si lo preferís podéis usar de otro sabor y ponerle un poco de colorante marrón. Yo intento evitar el colorante siempre que puedo pero hay veces que no queda más remedio (como me ha pasado para hacer la nariz). ¡Espero que os guste mi propuesta y os cuento a continuación todo el proceso que he seguido!
INGREDIENTES:
Macarons de Chocolate:
Para el Merengue:
- 75gr Azúcar
- 20gr Agua
- 28gr Claras Naturales
- 1 Pizca de Sal
Para la Pasta:
- 150gr TPT (75gr almendra molida + 75gr azúcar glass)
- 28gr Claras Naturales o Pasteurizadas
- 12gr Cacao en Polvo sin Azúcar
La receta de los macarons que he utilizado es la básica de chocolates del taller de Macarons Le Must de la Sensei Belén de Cupcakes a Gogó. Si no os atrevéis a hacer macarons o no os salen, como siempre digo, mi secreto para hacerlos fueron sus talleres online, así que no dudéis en suscribiros a su blog para estar al tanto de todos los cursos presenciales y virtuales que organizará en este próximo año. ¡No os arrepentiréis!
Relleno:
- 120gr Nata Montar 35’1% MG
- 150gr Chocolate Fondant
- 25gr Mantequilla
- 1 ó 2 Cucharadas de Brandy
ELABORACIÓN:
Macarons de Chocolate:
- Comenzamos preparando la “pasta”. Lo primero que hacemos es batir bien la almendra molida, el azúcar glass y el cacao y luego tamizarlo todo.
- A continuación ponemos todos los ingredientes del TPT en un bol de cristal o metal y mezclamos bien con ayuda de una espátula. Reservamos.
- Ponemos el agua y el azúcar del merengue en un cazo a fuego medio y vamos controlando la temperatura con un termómetro. Debemos llevarlo a unos 117-118ºC.
- Mientras tanto, hay que batir las claras en el bol de la amasadora hasta que estén a punto de nieve. Lo ideal es calcular cuánto le falta al merengue y empezar a batir en el momento óptimo para que cuando el almíbar alcance la temperatura buscada las claras estén en ese punto y así no tener que parar de batir. Esto se va cogiendo con la práctica, así que paciencia. Ah! Es importante tener en cuenta que con la poca cantidad de clara que hay igual se necesita levantar un poco el bol de la amasadora.
- Cuando el almíbar y las claras estén en el punto que necesitamos, vamos añadiendo el almíbar al bol de la amasadora, en forma de hilo y dejándolo caer sobre la pared del bol. Subimos la velocidad y batimos hasta que obtengamos el famoso “pico de pato”, ya que si batimos más el merengue estará muy duro y no podremos formar y secar los macarons como queremos.
- Una vez listo el merengue, añadimos una cucharada del mismo a la pasta para “aligerarla” un poco.
- A continuación añadimos el resto y mezclamos de forma envolvente con la espátula hasta llegar al “punto de cinta” (que la mezcla caiga suavemente como si fuera una cinta).
- Llegados a este punto, pasamos a una manga con una boquilla de 8/10mm, y empezamos a escudillar nuestras coquilles. Yo lo hago con la boquilla de 10mm, sobre una lámina de teflón puesta encima de la bandeja de horno o de galletas y con plantilla (para ir sobre seguro, y hay que quitarla antes de llevar al horno).
- Dejamos secar hasta que al tocarlos no se nos peque la mezcla en el dedo (el tiempo depende de la temperatura, la humedad…) y luego llevamos al horno precalentado a 150ºC unos 13 minutos o a 140º unos 14 minutos. Para este momento a mí me resulta imprescindible el termómetro para horno (que además de ser muy asequible fue una de mis recomendaciones en este post que os dejé con ideas de regalo).
- Pasado este tiempo sacamos del horno y dejamos enfriar totalmente sobre el teflón (cuidado que coge calor) para que terminen de sellarse las bases.
- Una vez fríos ya podemos empezar a rellenar o dejarlos en la nevera en un recipiente hermético para terminarlos el día siguiente.
Yo os lo he explicado a mi forma pero no podéis dejar de leer todos los consejos y especificaciones que Belén nos da en este post de su blog Cupcakes a Gogó.
Relleno:
- Aquí hemos usado un relleno súper sencillo sin ninguna complicación, pero que en casa es siempre acierto seguro. Comenzamos poniendo la nata en un cazo a fuego medio-bajo y esperamos que llegue a ebullición.
- En este momento añadimos el chocolate y dejamos reposar un par de minutos para que coja calor.
- Luego añadimos la mantequilla y removemos con una espátula para que se funda y se integre.
- Por último añadimos el licor y mezclamos (yo he usado brandy pero podéis usar otro que os guste).
- Ahora tenemos dos opciones: dejar a temperatura ambiente hasta que endurezca un poco y tenga buena consistencia para poner con la manga o llevar a la nevera y luego montar. Yo he preferido usarla sin montar porque al batirla aclara un poco el color y prefería que se quedara más oscura.
Complementos:
- Cuernos: Ponemos en un cazo al baño maría un poco de chocolate fondant y luego, con ayuda de una boquilla redonda pequeña hacemos las formas sobre un papel sulfurizado encima de una tabla y, una vez hechas, llevamos a la nevera para que se solidifiquen. Una vez listas podemos pintarlas con pintura comestible dorada o dejarlas tal cual.
- Oreja: Repetimos el mismo proceso que con las orejas, aunque en este caso también pinté con un poco de color rojo en el centro.
- Nariz: En este caso podemos hacerla con lo que tengamos a mano, con sprinkles, con una grosella o, como hice yo, con un poco de ganache de chocolate blanco teñida de rojo y aplicada con una boquilla redonda lisa no muy pequeña.
Ya sólo nos queda montar los renos y ponerle toda la imaginación que podamos. Yo le puse un poco de purpurina comestible aunque creo que en las fotos no se aprecia mucho. ¿Qué os ha parecido mi propuesta? Al menos no me podréis negar que es divertida y un poco diferente a lo que solemos hacer normalmente, ¿verdad?
Y ahora ya sí, este ha sido mi último post del año y quiero desearos una muy feliz noche de Fin de Año, que lo paséis de maravilla y que este 2.018 venga cargado de cosas buenas y nuevas para todos, cosas que nos ilusionen y nos llenen de motivación. ¡Un besazo enorme! 😘💕
PD: Como en el caso de las galletas de cítricos que os compartía el otro día, estos macarons son una receta que podéis hacer en cualquier momento del año para daros un capricho. 😉👌
te han quedado preciosos, a mi los macarons me chiflan pero nunca me he atrevido a hacerlos.
Besos
Rosa
¡¡Muchísimas gracias Rosa!! A mí me pasaba eso mismo y me animé con los cursos de Belén, más bien me enganché, ahora me encanta hacerlos!! 😉
Qué bonitas astas, muchas gracias por dejarnos la receta y la decoración tan detalladas. Seguro que el sabor es delicioso, tienen mucho chocolate! Jeje, me encantan tus Rodolfos. Besos y feliz año.
¡¡Muchas gracias a ti Ana!! Siempre que comparto una receta me gusta contar todo lo que puedo, porque no soy experta y cuando busco alguna receta en algún sitio no me gusta que haya “información escondida” que dificulte hacer la receta. Un besazo y feliz año a ti también!! 😉
Impresionada con tus macarons! Te han quedado muy elegantes, sofisticados, preciosos…. vamos, que me encantan!!!
Muchísimas gracias!! Yo iba con mucho miedo porque eran varias elaboraciones pero al final quedé muy contenta con el resultado, me alegra mucho que te hayan gustado. 🙂
Te han quedado ¡PERFECTOS! no tengo mas palabras… PERFECTOS
¡¡Muchísimas gracias!! Qué bien que te gusten 🙂
Un beso y feliz año! 😉
Pero que macarons mas requete bonitos!! Me ha encantado como los has decorado y la receta también. Muy bonitos esos mini Rudolf. Besos
Muchas gracias Lidia!! Son muy cucos ellos 😛 Un besazo bonita 😉